El descanso sirvió para recobrar fuerzas. De nota la tortilla casera que sirvieron. Se nota la experiencia de la Hermandad organizando eventos similares, “La caseta de feria te curte año tras año para estas cosas” apuntaba Agustín Jurado, uno de los miembros de la organización que hacen esto posible. Así, cuando Los recortaos de Kike Remolino, un habitual de este festival, salieron al escenario se encontraron con un público colaborador a pesar de la hora, eran ya más de la una de la mañana.
Remolino fue quien dio la noticia al público de la muerte, esa misma tarde, del ilustre carnavalero Pedro Romero: “Pedro cantó a la libertad, y a él le dedico mi repertorio esta noche”. Especial sin duda fue el momento del popurrí, cuyo final reivindica la labor de las letras de Romero en la Transición y que puso al público en pie. Aplausos al cielo y emoción a ambos lados del escenario.
Continuó la complicidad entre público y agrupación en el repaso a su antología. Se auto-desahuciaron de su modesto pisito-contenedor para interpretar la presentación de Los protagonistas, el pasodoble sobre la burla de la diputada catalana al acento andaluz de Los Joaquín Pamplinas y la presentación de Las Pito-risas que fue cantada a viva voz por el auditorio. Con el pasodoble de los Reyes Magos las tele-pitonisas pusieron el broche final a su actuación.
La chirigota del Canijo, Contigo aprendí, es ya señera en este festival “para mí el mejor” sentenció el de Carmona. Por eso no dudó en interpretar aquí el pasodoble que guardó para la final y que no pudo cantar en el Falla. “Campeones, campeones” coreó el público al final, como reconocimiento y consuelo al grupo. De años anteriores interpretaron el pasodoble “Sé de ti” de Mejó no salgo, una tanda de cuplés de Ricas y maduras y cerró la actuación Germán García cantando una copla de la comparsa OBDC Animals.
Los válidos fueron los encargados de cerrar la gala. Entrega y ganas las de esta agrupación que logró mantener al público animado a pesar de que el cansancio empezaba a hacer mella y dejó algunas sillas vacías, eran las cuatro de la mañana. La gente se agolpó en las cercanías del escenario, el grupo era uno de los más esperados, y cantaron con ellos las letras de su repertorio. Agustín El Zoleta, al igual que hiciera Remolino, dedicó el repertorio de esa noche a Pedro Romero lanzando un beso y un aplauso al cielo. Entre copla y copla añadió El Zoleta también un agradecimiento a la organización “porque a pesar de la que está cayendo, siguen apostando por el carnaval”, que fue secundado con un sonoro y merecido aplauso del público, quien reconoció así la buena labor de la Hermandad y Cofradía de la Virgen de la Cabeza al frente de este festival.
El Carpio se convirtió en lugar de peregrinación para los fieles del 3/4 gracias a una conversación en Cádiz entre varios miembros de la hermandad carpeña que surgió una noche de verano, “estaban en un festival oyendo carnaval y una cosa llevó a la otra… Y hasta hoy” explica Agustín Jurado. Y así 16 ediciones de este festival. Y así, tras más de diez horas de carnaval, el manto de la copla bendijo a los peregrinos y los vio partir en paz hasta el próximo año.
NiuyorKai 